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Mostrando las entradas de enero, 2018

Todo por un pinche vaso con agua

“Buscarás una llama en cada esquina del colchón, Y no habrá quien te la encienda, Se acabó” Era complicado, yo recordaba que estaba acostado en mi cama pero no, esa no era mi cama se sentía muy dura y para sincero bastante incomoda, intente moverme pero mis movimientos eran muy limitados, no podía mover mis extremidades con total libertad, aún tenía los ojos cerrados y no quería abrirlos pensando que seguía en un sueño, ese sueño repetitivo que tuve las últimas noches donde aparecía una mina con rasgos orientales en mi cama después me la pasaba de puta madre pero cuando abría los ojos estaba yo solo, sin nadie que me acompañará, por eso no quería abrir los ojos por si esa mina volvía a desaparecer, pero en mi mano derecha sentía un cosquilleo como si algún liquido pasará por mis venas, fue cuando abrí los ojos y me di cuenta que estaba en un hospital privado, ¿cómo lo supe? Fácil, la habitación era muy grande y era la única cama que había, también había una pantalla de 46 pu

¿Qué hago aquí? ¿Qué pasó?

“…también me dijo un arriero Que no hay que llegar primero Pero hay que saber llegar…” En esa ocasión quería olvidarme del mundo, recién había dejado mi trabajo y tenía ganas de gastarme los pocos pesos que me dieron, así que tome con rumbo desconocido, bueno conocido pero sin ningún plan, iba a visitar algunos familiares quizás así que tomé con rumbo a Morelia, pero decidí irme por la libre, como a mí nunca me toco, la carretera federal rumbo a Zitácuaro no era tan mala, el hambre me empezaba atacar pero continúe, paré en un pueblito llamado Tuxpan, ahí recordé que mi abuela contaba que su padre era oriundo de esa tierra, me paré en el centro y no encontré algo que comer, decidí comprarme una nieve riquísima a un costado del mismo, ahí pregunte sobre la comida local y me enviaron según la mina que atendía a un lugar donde vendían Menudo, que es como la pancita que conocemos en la zona centro, la verdad no era cosa del otro mundo aunque si sabía distinta, las tortillas hechas

Hasta que no la olvides, búscame por favor

“… Ella era una típica inocente, Zapatos negros, medias de algodón, Que solo era feliz en el colegio Que nunca tuvo en su piel amor…” Pasaron un par de días, había leído uno de los dos libros “Carta de amor y otros textos” de Rodolfo Usigli, fue cuando me puse a pensar en la mina de la librería, le marque un par de veces pero no respondió, me vi tentado a mandarle un mensaje pero decidí que no era necesario, me puse a revisar las vacantes que había para trabajar y envié unos 3 currículos, cuando de pronto mi celular empezó a sonar, vi el número y conteste, era la mina de la librería que solo regresaba la llamada porque no podía atender cuando sonó el celular, platicamos por unos 10 minutos hasta cuando me dijo que el día de mañana tenía su día libre, le propuse dar un paseo sobre el centro y de ahí veríamos a donde iríamos, ella acepto mandándome un beso por el celular, yo solo colgué la llamada, me puse a leer la segunda recomendación “La guerra del fin del mundo” de Varg

Cuando termines de olvidarla, por favor, llámame

“Si tú eres mi problema y mi pecado Quiero escapar contigo hasta el infierno Pagar mis penitencias a tu lado Sin sentencia mi vida, me condeno A la cárcel sin puertas de tu abrazo” Y si, si se preguntan ¿Aún sigues pensando en ella? La respuesta es “ Si ”, me han dicho loco por estar corriendo tras el viento buscándola, recuerdo bien era Miércoles y estaba solo con mi soledad, solo me acompañaban un six de cerveza, mi celular, mi bocina, el cuaderno de escritos y aquella Parker que fue parte de un regalo, había destapado la primera lata mientras la recordaba gracias aquel historial de la red social donde se guardan tus conversaciones, escuchaba “te di vida y media” de Andrés Suárez cuando de pronto entró una llamada, no quería contestar porque me encabrona que interrumpan mi soledad pero decidí tomarla cuando vi que la lada era la misma que la de ella, presuroso tome la llamada y nervioso la atendí, escuche que era la voz de una mina y mi corazón empezó a bombear tan r

Escribiendo historias

“entre la perseverancia y la cruel resignación  esa magia que nos los va dejar ser  nunca los va dejar ser  dos amantes del montón. ” E s complicado poder entender un poco al pasado, ese día era muy fresco se sentía en el ambiente como algo nostálgico, pfff el viento soplaba un poco fuerte y por lo frio clamaba abrazos, mucha gente se abrazaba sobre la calle para poder mitigar el frio, yo como no tenia a quien abrazar decidí meterme a un bar, tenia cerca de 3 años de no pisarlo, ahí solía estar hace varios ayeres cuando vivía en esta ciudad, entré solo para ver si aún vendían esa cerveza artesanal, pedí un litro y una mesa de las que están sobre el andador ya que pensaba fumar y bueno también porque no me gusta el rock en inglés y es lo que tocan ahí, estaba recordando a una mina que quería tanto hasta que me di cuenta que me había acabado ya el primer tarro y 2 cigarrillos -suspire al darme cuenta-, pedí un segundo tarro de todas formas no tenía planes y necesitaba calentar la s